Llegamos al pantano de les Bulloses poco antes de las diez procedentes de Font-Romeu, lugar donde hemos pernoctado (en el hotel Sun Valley). Aparcamos junto al embalse y emprendemos la ruta.
Nada más comenzar nos encontramos el primer lago, El Viver y diez minutos después el de Dugues. Son unos lagos preciosos y muy grandes y el entorno es de ensueño. Vemos el Carlit bastante cerca. Vamos subiendo pero hasta ahora la pendiente es muy suave.
Pasamos un par de lagos más; El Catellat y El Trebens y acto seguido llegamos al Estany Sobirà con su extraña forma ya que parece el continente africano.
Cuando llevamos un buen rato de subida empieza la zona rocosa y hay que trepar agarrándonos de pies y manos con cuidado de no resbalar y sobre la una llegamos a la Pica del Carlit en la que había bastante gente. Estuvimos un instante observando el paisaje, después caminamos hasta el denominado Cim Petit para acabar de maravillarnos con el entorno. Comenzamos el retorno bajando por el mismo camino hasta llegar a la encrucijada antes citada, la cual cogeremos a la derecha.
Sobre las cinco llegamos donde teníamos el coche. Tomamos la pista que tiene 12 kilómetros pero que está muy bien conservada y a eso de las 6 llegamos al hotel, nos duchamos y nos fuimos a Mont-Lluís a cenar, pero no encontramos un sitio adecuado y regresamos a Font-Romeu pero antes encontramos una pizzería y allí decidimos cenar.
Sobre las 10 llegamos al hotel y nos fuimos a la cama, puesto que mañana nos esperaba otro apasionante día de aventuras.
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