Llegamos al hostal de la Riba sobre las 10:00. Aparcamos el coche, frente a éste y emprendemos la marcha pasando por delante del hostal.
Pronto encontramos una bifurcación. Tomamos a la izquierda por la carretera que lleva al club náutico.
En cinco minutos encontramos una pista a la derecha, que tomamos. En otros cinco minutos hay otra bifurcación, seguimos por la izquierda que es el camino principal marcado como GR.
De nuevo otra bifurcación ahora dejamos el GR. y seguimos por la izquierda, hay algunas marcas de pintura negras y amarillas, es el camino del grau del Castell.
Subimos haciendo zig-zags. Encontramos la pared del cingle de frente, entonces vamos a la derecha, obviando los puntos amarillos que van en dirección contraria.
En dos minutos hallamos una furgoneta estrellada en medio del bosque, que sorprende, por que debe de llevar aquí mucho tiempo, imagino que no la habrán sacado por la dificultad del terreno.
Cuando llevamos una hora aproximadamente, llegamos arriba del cingle de Tavertet y encontramos una pista, que por la derecha lleva al pueblo, nosotros vamos a la izquierda.
Tenemos unas excelentes vistas del Pantà de Sau, por la izquierda y por la derecha, el Pedraforca y la Sierra del Cadí.
Pasamos por el Mirador y muy pronto encontramos un sendero que baja por el precipicio, está indicado y lleva al Puig de la Força. Hay algunas marcas de pintura roja y algunos hitos de piedra, que nos ayudarán a seguir el camino correcto.
Pasamos por una gran roca del cingle. Llegamos al coll que separa el cingle de Tavertet del Puig de la Força, seguimos los hitos que marcan el camino.
Encontramos otra bifurcación, el camino de la izquierda planea, dando la vuelta al acantilado, tomamos el de la derecha que sube al Puig, una vez alcanzado éste vemos una roca a modo de balcón, justo en frente. Subimos a ella y desde aquí disfrutamos de una panorámica privilegiada.
Volvemos a bajar al pequeño coll, ahora decidimos ir por el otro camino, el de la izquierda. Damos la vuelta pasando por una estrecha cornisa, que sin ser difícil, es bastante peligrosa, pues un resbalón puede ser nefasto, hay bajo nuestros pies un precipicio de 300 metros. Pasamos por unas cadenas ancladas en las rocas a modo de asidero, ya que en este tramo no hay donde agarrarse.
Bajamos al pantano por un sendero medio perdido entre el bosque, que encontramos en el pequeño coll antes mencionado. La bajada es bastante pendiente y prolongada.
Llegamos a una pista, que cogemos a la izquierda, luego en otra bifurcación tomamos a la derecha, que baja ligeramente. Vemos un bonito prado justo delante del campanario de la iglesia y allí decidimos comer el bocadillo.
Luego solo tenemos que seguir por la carretera que nos lleva al hostal donde tenemos el coche, pasando por el club náutico.
Este es un itinerario corto, son 7.5 kilómetros aproximadamente, pero muy bonito e interesante, si encima hace un día de sol como el de hoy, se disfruta muchísimo.
El Collsacabra es un lugar lleno de encanto.