4 de Mayo del 2021
Recorrido circular muy interesante que recorre la totalidad e las ermitas que habían antaño y que ahora se hallan en un estado ruinoso debido a la destrucción durante la guerra de la Independencia por parte de los franceses. Algunas fueron reconstruidas, varias de ellas se hacen servir como refugio de escaladores.
Empezamos desde la zona de aparcamiento. Pasmos frente al Monasterio y tomamos el camino asfaltado a la izquierda hacia la ermita de Sant Miquel.
Tras visitar la primera ermita, continuamos hacia la ermita de Sant Joan, mientras disfrutamos de las vistas.
Antes de la ermita de San Joan, dejamos la pista para ir a la derecha por un sendero estrecho que nos lleva a la ermita de Sant Jaume.
Los restos de esta se hallan sobre una pared rocosa por la que hay que trepar. Gran panorámica desde allí.
Deshacemos ese tramo del camino y continuamos para ir a la de Santa Caterina que está a unos 150 m. por debajo de la de Sant Joan Baptista.
ermita de Sant Joan Baptista
Para acceder aquí, tenemos que bajar hasta la base de la roca. Está bastante tapada por la maleza.
Regresamos al camino principal. Pasamos por delante de la ermita de Sant Joan Baptista y vamos a la de Sant Joan y Sant Onofre.
Estas eran dos ermitas contiguas, de las que queda poca cosa. Recorremos su totalidad hasta llegar a unas escaleras.
Subimos las escaleras con un buen desnivel para alcanzar los restos de Sta. Magdalena (Un trozo de muro).
Salimos a una especie de coll, andamos unos metros a la derecha y comenzamos a bajar por una estrecha canal.
Al final de la canal llegamos a la ermita de Sant Martí. También la hacen servir de refugio.
Retrocedemos unos metros y subimos rodeando la pared del Gorro Frigi. La bajada es penosa, ya que está el suelo húmedo y resbala. Hay un tramo de roca en el que hay una cuerda para poder bajar.
Una vez superado el tramo complicado. Salimos al Camí de Sant Jeroni, donde podemos caminar a mejor ritmo.
En el Mirador del Gorro Frigi, paramos a tomar el bocata y a descansar un rato, para tomar fuerzas.
Continuamos hasta la ermita de Sant Jeroni dejando antes a la derecha el sendero que va al Monasterio.
Desde la ermita, seguimos subiendo hasta llegar a las pesadas escaleras que pasan por el Mirador Verdaguer, para culminar en el de Sant Jeroni.
Después de un breve respiro, regresamos al desvío del Monasterio, por el que nos adentramos.
Pronto dejamos el camino principal para tomar por un pequeño sendero a la izquierda.
Por esta zona hay marcas de pintura amarilla, además en la roca hay un letrero que indica que para ir a la ermita de Sant Antoni que se encuentra tras subir un gran desnivel, hay que ir a la izquierda.
Esta ermita junto con la de Sant Jeroni son las más alejadas del Monasterio. Desde aquí hay una vista soberbia del Cavall Bernat.
Regresamos donde está la roca con la inscripción y seguimos por el pequeño y angosto sendero, que a menudo se pierde al llegar a las zonas rocosas.
Al pasar por las rocas hay que extremar la precaución, aunque son conglomeradas y se agarran bien, hay unos precipicios nada desdeñables y con el suelo húmedo puede ser peligroso.
Llegamos a un paso estrecho entre dos grandes rocas. A la izquierda y a pocos metros se halla la ermita de Sant Salvador, está al pie de la roca denominada, el elefante.
Desde Sant Salvador, vamos a por la siguiente, la ermita de la Trinitat. Esta era la más grande, pero actualmente está en ruinas.
Adosada está la nueva ermita de la Trinitat en formato pequeño.
Seguimos nuestro recorrido eremita. Ahora toca Sant Dimas. Está edificada aprovechando un antiguo castillo. Hay una verja cerrada con llave y ni podemos acceder.
Muy cerca hay la ermita de la Santa Creu. Actualmente está en reforma.
Seguimos el track, que nos conduce por un sendero poco transitado, ya que la maleza está engullendo parte del mismo.
La ermita de Sant Benet también está como refugio de escaladores, que tanto abundan en esta montaña mágica.
Desde la plaza de Santa Ana, retrocedemos unos metros hasta lo poco que queda de la ermita del mismo nombre.
Tomamos el camino que se dirige al Monasterio por las pesadas escaleras.
Entramos en la Abadía y tras una leve visita, regresamos al coche, dando por acabada esta ruta.
El recorrido es un rompepiernas puesto que hay grandes desniveles que salvar y aunque tiene poco más de 14 km. el desnivel es de 1150 m. Hay pasos un poco complicados por lo que las personas con vértigo o poco acostumbradas a la montaña deberían abstenerse.
Por lo demás es una ruta divertida, con historia y con unas magníficas vistas de Montserrat.
El track lo he descargado de Wikiloc, su autor es Josepcastells, tiene una reseña muy detallada sobre cada una de las ermitas. Es interesante la reseña para tener conocimiento de lo que ves, porque aunque las ermitas casi todas están en ruinas tienen una interesante historia.