domingo, 7 de agosto de 2011

La Picossa por la ermita de Sant Jeroni

Sábado 06 de Agosto del 2011


Llegamos al merendero que hay entre las ermitas de Sant Jeroni y de Santa Madrona sobre las diez.
Hasta aquí se llega por un camino que hay cerca del hospital de Mora de Ebro.
Comenzamos a caminar por una pista a la izquierda de la ermita de Sant Jeroni.
Después de un rato nos hallamos en el coll de las Solanas y a la derecha del camino se encuentra una curiosa cisterna de piedra seca, construida en el siglo XVIII, que aprovecha el agua de la lluvia puesto que está a los pies de una masa rocosa y por lo tanto no filtra el agua, hasta llegar a la cisterna donde queda acumulada.
Poco después encontramos el mas de Manolo y justo pasado éste, hay un indicador para ir a la ermita de Sta. Magdalena de Mucoró, construida en el siglo XII. Está vallada y no podemos acceder al recinto y nos tenemos que conformar con hacer alguna foto desde fuera.
Dejamos la ermita templaria y desandamos el camino hasta el antes citado mas. Frente a él hay una pequeña senda por la que se accede a la Picossa, la montaña más emblemática de Mora.
 Aunque sea una cima modesta tiene una amplia visión del entorno, pero hoy está nublado y dificulta un poco la visibilidad.
En la cumbre hay un vértice geodésico, y una gran estrella metálica que se puede ver a gran distancia.
Hemos estado un rato disfrutando de el panorama y ahora toca bajar, lo hacemos por un estrecho y empinado sendero rodeando la montaña. (En algunos tramos hay dispuestas cuerdas para ayudar a pasar, aunque verdaderamente no las creo necesarias).
Al poco rato nos encontramos con la Coca de la Porca, pero poco antes de llegar a ella vemos salir de la misma dos gamos que al oirnos huyen despavoridos, siempre nos hace gracia ver a los animales salvajes en su medio ambiente, aunque a decir verdad en los últimos años se encuentran con más facilidad debido a su repoblación, nos tenemos que congratular por ello sin duda.
Accedemos a la cueva y plasmamos el momento con alguna fotografía.
Según cuenta la leyenda popular el nombre de la cueva de la Porca se debe a que antaño vivió una prostituta de Mora, y según se dice escondió por los alrededores un tesoro, pero nadie lo encontró nunca.


En pocos minutos bajamos al camino de las Solanas y enseguida llegamos al recinto de las ermitas donde tenemos estacionado el coche.
 Aprovechando que hay muchas mesas y bancos de piedra nos disponemos a comer al lado de la fuente y junto a unas barbacoas.
La ruta ha sido corta y hemos terminado pronto pero
aprovecharemos para ir a la playa un rato a refrescarnos y quitarnos el calor que hemos acumulado durante la mañana.
Hace mucha humedad y sudamos como si hicieramos el doble de esfuerzo.
Este itinerario es mejor hacerlo en otra época del año en la que no haga tanto calor.


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