12 de Marzo del 2011
Nos levantamos a las siete, y estaba lloviendo, pero eso ya lo sabíamos porque el servicio meteorológico lo había anunciado. Pero pensamos que quizás amainaría la lluvía durante el día, pero eso no sucedió y estuvo siempre lloviendo lo cual deslució mucho esta magnífica ruta.
Dejamos el coche en Port Lligat y después de hacer las fotos de rigor frente a la casa de Dalí emprendemos la marcha. Menos mal que venimos provistos de chubasqueros.
Vamos bordeando la costa todo el rato y así disfrutamos de las bonitas calas que encontramos durante todo el recorrido.
Después de media hora apróximadamente llegamos a Cala Jonquet. Para acceder a ella hemos tenido que bajar por una zona rocosa, lo cual para Salva y Rosa (mi hermano y mi cuñada ) que nos acompañan hoy ha sido algo complicado.
Tenemos que tener cuidado, porque las rocas resbalan mucho al estar mojadas por la incesante lluvia. Tengo que decir a favor de Salva y Rosa que a pesar de no estar acostumbrados lo están llevando bastante bién.
Paramos a desayunar algo, parapetados en una cavidad junto a una cala, después seguimos caminando.
Está el mar realmente embravecido, hay unas enormes olas y ahora las gotas de lluvia a causa de fuerte viento cuando te dan en la cara te hacen daño.
Llegamos al cruce donde dejamos Cala Guillola a la derecha, y cogemos un sendero bordeado por un muro de piedra a cada lado de éste.
Poco más terde dejamos a la derecha Cala Sant Lluis.
Ya podemos ver el faro de Cap de Creus, aunque todavía lejano.
Cada vez arrecia más el temporal de lluvia y viento, y estamos calados hasta los huesos, ya que llevamos varias horas caminando.
Seguimos bordeando el Cabo y subimos al faro. Estamos muy poco tiempo, hacía un aire insufrible y no exagero.
La vuelta la hacemos por el mismo camino de ida.
Lástima que el tiempo no haya acompañado. Pero algo hemos aprendido; que hay que tener paciencia y saber esperar, pues el Cap de Creus siempre va a estar ahí.
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