miércoles, 5 de junio de 2013

Cova de Ebre per l´escarrisó de Borosa


2 de Abril del 2010
Esta es una excursión típica de los Ports, contiene todos los ingredientes, desnivel, incertidumbre, peligro y soledad.
Desde Tortosa, llegamos al barrio del Sant Crist de Roquetes, donde tomamos la carretera a Mas de Barberans, nos desviamos por el camino del barranco de Lloret, que seguimos durante seis kilómetros hasta que no se puede avanzar mas y allí dejamos el coche.

Junto al camino hay una pequeña plaza de toros, también pudimos ver varios ejemplares de toros bravos tras las vallas, pero vimos algunos letreros que nos advertían que podíamos hallarlos sueltos por el barranco, pero en fin la aventura es la aventura.

Cruzamos por un puente de madera y en una encrucijada, tomamos a la izquierda ( por la derecha se va a la Cova Pintada ).
Al poco rato de andar por el barranco encontramos els bufadors de Lloret.
A partir de aquí empezamos a subir en serio ya que el desnivel se deja notar.

Después de un buen rato, atravesamos una tartera, con una enorme higuera en medio.

Seguimos subiendo y encontramos unas toscas escaleras, hechas con troncos de madera.



Salvado este obstáculo nos encontramos en l´Escarrissó de Borosa.
En quince minutos mas hallamos els Morralets, que son unas torres de roca.


Llevamos ya quinientos metros de desnivel, subidos, las vistas desde aquí son maravillosas.


Después de otra media hora llegamos a la Cova de Ebre, de dimensiones respetables.


Pronto vemos un cruce, cogemos a la derecha y aquí empieza nuestro calvario, al poco rato se pierde el camino, teniendo que seguir campo a través por un tupido bosque lleno de matorral bajo lleno de pinchos.


Llegamos a un punto en el que dudamos largo rato, andando de un lado para otro, sin tener claro por donde seguir. Por fin encontramos el camino, si puede llamarse así, muchos tramos lo hicimos entre grandes arbustos que habían engullido totalmente el camino. Nos pusimos brazos y piernas llenas de arañazos y eso que llevamos pantalones largos.


Bajando de la Portella del Caro, vimos tres cabras montesas de muy cerca, también vimos un par de conejos y varias aves rapaces sobrevolándonos, pero tuvimos suerte y al bajar por la Bassota, no encontramos toros pastando, que era lo que esperábamos.



Tomamos una pista y el último tramo lo hicimos campo a través, para atajar hasta donde tenemos el coche.


Ha hecho un bonito día de sol y a pesar de lo abrupto del camino, hemos disfrutado mucho.

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