14 de Junio del 2008
Desde el pueblo de Corçà, vamos hacia el congost. Dejamos el coche frente a la ermita de la Pertusa, que está situada sobre unas peñas escarpadas.
Subimos a la Pertusa antes de emprender el camino al Congost de Mont-rebei.
Desde la ermita hay una excelente vista del entorno; las montañas que la rodean, el río Noguera Ribagorzana y el embalse de Camelies.
Regresamos al camino principal y nos dirigimos al congost.
Pasamos por el acceso a la vía ferrata, Urquiza-Olmo.
Seguimos el camino en constantes subidas y bajadas, hay que salvar la altura de los cingles que rodean el río, el cual tenemos presente, durante todo el recorrido.
Cuando llevamos una hora aproximadamente, pasamos por una masía abandonada con una gran encina y una fuente por debajo de la casa, a la que se accede por un camino adyacente.
Luego hallamos otra edificación que al parecer la hacen servir como refugio de excursionistas.
Llegamos a la entrada del Congost; es un sitio de una belleza singular, nada mas verlo quedamos atónitos. Se ve las paredes muy altas de roca y al fondo el torreón del castillo de Girbeta y mas lejanas las montañas del Pirineo con sus cumbres nevadas.
El camino es un cortante artificial en las rocas y hay un cable de acero para asegurarte, el lugar es muy aéreo.
El congost no es muy largo, tendrá un kilómetro aproximadamente.
Pasado el desfiladero llegamos a un puente colgante que pasa por encima del río.
Vamos camino del aparcamiento que hay en Pont de Montanyana, que es el punto donde casi todo el mundo inicia el recorrido, ya que es mas corto que desde Corçà.
Hacemos una parada para comer algo, junto al río, después regresamos por el mismo sitio.
Para los que quieran solo hacer el congost, lo mejor es empezar en Pont de Montanyana, pero los que quieran ver algo mas lo mejor es empezar cerca de la ermita de la Pertusa, viniendo de Corçà.
No hay comentarios:
Publicar un comentario