13 de Noviembre del 2010
Llegamos a Joanetes a las diez y a la salida de este pequeño pueblo, hallamos un sendero a la derecha de la carretera, que pone al Puigsacalm per les Olletes. Tomamos este camino hasta llegar a Mas Poc, una casa deshabitada invadida por la vegetación, aquí el camino se convierte en un estrecho sendero, por el cual transitamos durante unos diez minutos, hasta llegar a una puerta, donde el camino se convierte de nuevo en pista y ya podemos contemplar las magníficas vistas de la Vall d´en Bas.
Seguimos el camino hasta la masía de Fontanils, donde tomaremos el camino de la izquierda que enlaza con el de Sant Privat d´en Bas.
En pocos minutos llegamos a las Olletes, capilla excavada en roca y que tiene una fuente por debajo de ella. Aquí paramos a tomar algo.
Seguimos después de haber reparado fuerzas, pues ahora viene la parte con mas dificultad de la ruta. Pasamos por una base rocosa en la que hay una baranda de madera, para evitar que en el caso de resbalar no nos precipitemos al vacío.
Seguimos subiendo y encontramos una encrucijada de caminos, a la izquierda el de la ermita de Santa Magdalena, el de la derecha al Salt de Sallent y de frente Puigsacalm, cogemos por este último, durante unos metros, luego tomamos un sendero a la izquierda que nos lleva hasta la cima del Puig Corneli.
Desde aquí disfrutamos de unas vistas inmejorables del Puigsacalm y del Puig dels Llops. (Hermanos mayores de éste ), en primera instancia y de la Vall d´en Bas por el otro lado.
No podemos estar mucho rato en la cima porque hace un viento muy fuerte, que casi nos arrastra, así que bajamos, ahora por la otra vertiente hasta la ermita de Santa Magdalena, donde también hay un refugio.
Retrocedemos unos doscientos metros y emprendemos el regreso por el camino de los gantxos, que nos pareció muy divertido a la par que peligroso aunque no en exceso.
Encontramos varios tramos con grapas de hierro en las paredes de roca y unos hierros a modo de baranda.
En una roca hay una pequeña campana coronada con un sombrero de hierro cuyo significamos desconocemos.
Cuando acabamos el paso equipado, encontramos a un grupo de niños con sus monitores dispuestos a subir por él.
Seguimos bajando, empicado.
Hacemos un alto, para descansar y comer y seguimos el camino hacia Joanetes.
Visitamos el pueblo y sobre las cinco emprendemos el regreso a casa.
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