St. Andreu de Ramió-Monestir de Roca-rossa

18 de Diciembre del 2010

Llegamos a Hostalrich, donde paramos a comprar el pan para los bocadillos. Damos un vistazo al pueblo y en seguida tomamos una pista de tierra, junto a la autopista, después de seis kilómetros de transitar por esta vía llegamos a Sant Andreu de Ramió. Es un lugar con una gran explanada, una iglesia y una casa de colonias, junto a la riera de Ramió.

Estacionamos el coche y visitamos el lugar antes de emprender el itinerario.



Vamos por una pista paralela a la riera, vemos gran cantidad de pinos insignes talados, por lo visto esta especie es muy propensa a la procesionaria y esto hace que propague la plaga a otros árboles, por tal motivo hay que eliminarlos.

Vamos subiendo siempre por la pista. Hace frío pero se palia bien.

Llegamos a una urbanización cuyas casas están muy diseminadas. Encontramos la masía de Can Camp y aquí la urbanización cambia de aspecto ya que las calles están asfaltadas y las construcciones parecen de mas calidad.
 Entramos en la urbanización Roca-rossa, cuyo nombre proviene del monasterio que está en la misma. Dicho monasterio está en ruinas y parece ser que no hay ninguna acción por parte de ningún organismo que lleve a cabo su reconstrucción y es una pena que no se conserve nuestro patrimonio histórico-artístico-cultural.

                                                                           

   Después de visitar el lugar emprendemos el regreso, para ello retrocedemos un tramo del camino y cogemos por una pista a la derecha, pero nos pasamos el sendero que teníamos que  tomar, por ello volvimos atrás unos centenares de metros.
Preguntamos a un cazador pues había una batida de jabalíes, pero no nos pareció que el hombre nos indicara correctamente e hicimos caso omiso.
Por fin vemos aparecer entre los árboles la cúpula de la iglesia y nos pusimos bastante contentos, porque realmente no sabíamos si el camino que llevamos era el correcto, pues la información que poseemos es escasa. Se empieza a poner nublado pero tenemos suerte y no llueve.

Como esta ruta no ha sido muy larga, decidimos dar un paseo por Hostalrich, para disfrutar de su historia y arquitectura, pues es una ciudadela amurallada muy bien conservada, coronada por un majestuoso castillo.