Llegamos a la ermita de Sant Lleir sobre las 9:30, esta antigua ermita se encuentra en la Vall d´Ora.
Cruzamos el río por un viejo puente de piedra, junto a él hay un antiguo aserradero convertido en una especie de museo.Tomamos dirección a Can Pujol, masía a la que accedemos en unos diez minutos.
Aquí se incorpora un nuevo excursionista, es un perro de la masía que a pesar de intentar espantarlo, hacía caso omiso y nos siguió parte del camino, luego se incorporó otro, éste nos abandonó antes.
Por lo visto están acostumbrados a acompañar a los excursionistas que pasan por aquí-
Pasamos por la gran masía de Can Sola, justo al lado hay un estrecho camino a la izquierda que se interna en el bosque, el cual seguimos. Vamos siempre en constante subida. Llegamos a una pista, tomamos a la izquierda, en seguida encontramos Can l´Orriol, frente a ella hay un sendero que cogemos, pronto hallamos un cartel que nos indica a Busa por las Colladas a la derecha y por les escales recto. Seguimos recto, pasamos un desvío que va a la balma del Xalet, como la ruta es bastante larga decidimos no visitar dicha balma.
Después de un buen rato llegamos al grau de l´escala, hay que subir por una escalera metálica, aquí dijimos adiós al perro Chucky, que es como se llama el can.
Superada la escala hay unos peldaños reforzados con maderas y con un cable de asidero.
Llegamos a una explanada con una gran vista panorámica. Hay una senyera independentista.
En pocos minutos desde aquí se llega al Pla de Busa, extensa explanada verde circundada por enormes precipicios.
Nos decantamos unos metros a la derecha, obviamos unos hitos y palos señalizadores que van bordeando el precipicio. Atravesamos el prado dirección a la loma que tenemos en frente, al fondo a la izquierda vemos la masía "la Bertolina". Cuando llegamos a la cuerda de la sierra, vamos siempre recto siguiendo el borde del precipicio.
Vemos desde aquí el pantano de la Llosa de Cavall, Sant Llorenç de Morunys y un sin fin de montañas, en la cumbre de alguna de ellas podemos observar como aún hay algo de nieve.
Después de caminar bastante rato por la cuerda de la montaña, con un calor asfixiante impropio para la época del año, llegamos al Cogul (1.526 m.), punto más alto de la ruta.
Bajamos un tramo y llegamos a un mirador y continuamos hacia la prisión da Capolatell.
Accedemos a ella por una pasarela, pues no hay otra forma.
Cuentan que aquí dejaban a los prisioneros franceses en la guerra con estos, levantaban la pasarela y no podían escapar por sitio alguno, está rodeada de grandes y verticales paredes de roca. Aquí disfrutando de la vista hicimos un alto para comer.
Retrocedemos hasta el mirador y tomamos el camino dirección al Rial de Busa, pasamos por delante de esta masía, después encontramos un camino a la ermita de Sant Cristófol, seguimos por la pista principal.
Llegamos a la Bertolina, seguimos caminando en la misma dirección, hay un tramo donde el camino se difumina, tomamos la pista que va al grau de Vilamala, continuamos bastante rato por ella, hasta llegar a la bifurcación, dejamos la pista principal y tomamos a la izquierda, vamos siguiendo unas marcas de color verde que nos lleva a la iglesia de Sant Pere de Graudescales superando una fuerte bajada.
Ya en el Pla de Busa había empezado a lloviznar, pero ahora nos sobrevino una tormenta con un fuerte aguacero, con granizos incluidos. Imprudentes de nosotros, como la previsión descartaba lluvia, dejamos los chubasqueros en casa y nos pusimos calados hasta los huesos, aunque al principio incluso lo agradecimos, por el calor que habíamos pasado durante todo el día, a medida que nos íbamos enfriando nos sentíamos bastante incómodos. El tramo de St. Pere a St. Lleir, lo hicimos bajo la lluvia, y no cantando precisamente, el camino parecía un río y hasta las botas se llenaron de agua. En fín otra aventura mas que contar. A pesar de todo, es un itinerario muy bonito, con muchos alicientes.
! Ah, Antonia vío un enorme lagarto de color verde subiendo al Cogul !
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