domingo, 10 de febrero de 2013

Sta. Maria de Miralles- Castell de Queralt


9 de Febrero del 2013

Santa María de Miralles, es un pequeño conjunto de casas de carácter rural diseminadas.
Pasando éste, seguimos la carretera, encontramos a la derecha el restaurante Ramonet, seguimos , como un kilómetro y medio después hallamos el restaurante Ca l´Escolà, donde hay una ámplia zona de aparcamiento y desde aquí comenzamos el recorrido.
Frente al restaurante hay una pista asfaltada que lleva directamente al castillo y a la iglesia de Miralles.

En menos de quince minutos llegamos a las ruinas de lo que fue el castillo. La iglesia románica está reformada y en buen estado.
En la edad media habían unas casas que hacían de muralla al castillo, de las cuales quedan algunos vestigios, hablamos del siglo X.


Hay una casa nueva junto al recinto, por detrás de ella tomamos un camino que en pocos minutos va a parar a un campo en el que hay una torre eléctrica en medio, lo cruzamos y en frente hallamos el GR, que ya no dejaremos hasta el final.


Caminamos por pista, senderos y parte del itinerario lo hacemos bordeando campos de cultivo, al parecer de cereales.


Después de unas dos horas llegamos a un coll, prácticamente a los pies del castillo de Queralt (851 m. ). Desde aquí solo nos queda subir un breve trecho por un angosto sendero.

Aunque hemos estado en otra ocasión no deja de sorprendernos las vistas que nos regalan las ruinas del castillo, pues son tan extensas que entre otras podemos ver la Sierra del Cadí y el Pirineo, cuyas cumbres están cubiertas de nieve.


Bajamos y frente al castillo se encuentra la iglesia de Sant Jaume, cuya construcción es próxima a la fundación del castillo, sobre el siglo XI. Está recién reformada.



Emprendemos el regreso por el mismo camino pero al llegar a un coll muy marcado, en el que hay  unos letreros, decidimos alargar la ruta y subir a la Aguja Grossa de Miralles que está a unos veinte minutos del citado coll. Desde aquí también hay buenas vistas.


Cuando bajamos paramos a comer junto a una masia en ruinas.
Luego atravesamos la pista y justo en frente hay un sendero que sube al Grony de Miralles, otro de los puntos altos de la zona ( 866 m. ). En su cima encrestada hay un belén, bajo una gigantesca hoja de parra metálica.


Regresamos de nuevo al coll y seguimos el GR., hasta que encontramos el letrero que señala el camino a la Creu de Coma-roques ( 795 m. ). Allá que vamos.

Llegamos hasta la cruz, en la que hay otro belén y hoy ya van tres, pues en cada cima encontramos uno.
Después de hacer alguna foto seguimos un tramo de sendero, por cierto bastante deteriorado por las motos, vimos que tomaba otro rumbo y decidimos volver sobre nuestros pasos a encontrar de nuevo el GR.,
Llegamos al restaurante sobre las cuatro.
Ha hecho un día muy soleado y claro.
Este itinerario es apropiado para pasar una mañana de invierno como la de hoy.
El recorrido se puede acortar omitiendo la subida a las tres cimas, por lo que queda en un plácido paseo de unas cuatro horas.



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