Mont-roig - Montanya de l´Areny - Ermita de la Roca

31 de Diciembre del 2011
Comenzamos la ruta a las 9:00, desde el pueblo de Mont-roig del Camp. Aparcamos justo al lado de la antigua iglesia.

Bordeamos la iglesia por la derecha y tomamos por la calle que pasa al lado de una de las puertas de la antigua muralla. Dejamos un lavadero público a nuestra izquierda, después de cruzar la riera, hallamos a la izquierda el camino de Vilanova de Escornalbou, por el que cogemos.
Es un camino muy ancho y plano no tiene ninguna dificultat.




Obviamos un par de caminos que encontramos por la izquierda, hasta llegar a un tramo que pasa entre dos granjas, a los pocos metros dejamos el camino y giramos a la izquierda e inmediatamente, tomamos un sendero a la derecha, está en parte empedrado, aunque bastante maltrecho.
Damos un rodeo a la montaña subiendo suavemente.

 Llegamos al Coll Roig desde donde tenemos unas vistas excelentes: la Mola de Colldejou, la montaña cónica en cuya cima se encuentra el Castillo de Escornalbou, etc., también se ve el mar y la extesa explanada del Camp de Tarragona.

Hace un día muy claro y con un fuerte viento, bastante normal por esta zona.
Paramos a comer algo guarecidos del aire entre unas rojas rocas.

Continuamos el ascenso hacia la ermita de la Roca, a la que llegamos en poco tiempo, aunque nos distraemos bastante, observando las extrañas formas que tienen las rocas.

                                                                                                                                                                                                           
 









La ermita es un tanto extraña, pero está ubicada en un sitio privilegiado. También hay un restaurante y otra ermita, mas arriba, peor conservada.                                                                                                       
     La verdad, es un paseo agradable para pasar la mañana.
Volvemos a Mont-roig por el camino que pasa por detrás del recinto.

   Esta ruta no nos ha defraudado, hemos disfrutado observando las formas caprichosas de las rocas, que el viento ha esculpido en ellas a través del tiempo.