Llegamos al área de picnic que está a un kilómetro del pequeño pueblo de Sant Privat d´en Bas, a las 9:30 horas.
Emprendemos la ruta por el camino dels matxos que transcurre por un bosque de hayas.
Cuando llevamos unos cuarenta minutos caminando, dudamos si íbamos por el camino correcto y volvimos a bajar casi hasta el principio. Craso error puesto que llevábamos la dirección correcta y tuvimos que hacer ese tramo dos veces.
En fin después de subir la dichosa cuesta dos veces, llegamos a una pista que por la izquierda lleva a la ermita de Santa Magdalena en una hora.
Antes de llegar a ésta dejamos la pista y tomamos un sendero a la derecha, este camino nos lleva al coll de Joanetes, desde donde tenemos que coger de nuevo a la derecha hacia el Puig dels Llops y dejar el de la izquierda que se dirige al Pas dels Burros.
Ahora el sendero se hace más estrecho y escarpado y en algunos tramos tenemos que trepar por las rocas, agarrándonos con las manos, pero se hace sin dificultad.
En otros cuarenta minutos estamos en la cima del Puig dels Llops admirando sus excelentes vistas.
Aunque ya hemos estado anteriormente no nos deja de sorprender y estamos un rato disfrutando del paisaje y de la paz que se respira en este lugar, pues no es tan visitado como su vecino Puigsacalm y las vistas son muy similares.
Bajamos del Puig y seguimos el camino hasta el antes mencionado Puigsacalm y sorpresa en esta ocasión cuando llegamos a la cima no hay nadie y es extraño porque en las veces que hemos estado antes siempre hemos encontrado con bastantes personas.
Pasado unos minutos continuamos la marcha hacia los Rasos de Menter, donde paramos a comer el bocadillo. Esto es un inmenso y precioso prado.
Pasada la masía encontramos otra pista a la derecha la cual tomamos y nos llevará a la parte alta del Salt de Sallent, que es un precipicio de una altura considerable.
Seguimos una alambrada que hay dispuesta para el ganado y en diez minutos encontramos una puerta, la cual atravesamos y nos hayamos en lo que se conoce como camino de las Escalas, por las piedras que hay a modo de escaleras.
Este tramo baja muy directo por lo que la inclinación es muy exagerada.
Llegamos abajo, donde está la base del salto de agua y aquí mi curiosidad me lleva a explorar un trozo lleno de grandes rocas caidas del precipicio y que dificultan la marcha, pero subí un buen trecho y desistí de llegar a los pies de la catarata por que se nos hace tarde, lo dejaremos para otro día.
Ahora solo tenemos que seguir por el camino que acompaña al río hasta llegar al sitio donde tenemos el coche, aunque un poco antes paramos a merendar.
A estado el día entre nubes y claros, pero con una temperatura muy buena para caminar.
Nos gusta mucho esta zona y volveremos.